Los padres siguen fuera de las consultas por la Covid: “Un embarazo es cosa de dos… y excluir a una parte es injusto”
No es el primer embarazo de la pareja, que ya tiene una hija de dos años, pero los protocolos que han adoptado los hospitales ante la pandemia han hecho que el proceso sea, cuando menos, distinto. “Una de las diferencias es el hecho de que el padre no pueda estar conmigo durante las ecografías”, cuenta la madrileña bajo un nombre ficticio, aseverando que “no es entendible que se pueda estar en los bares o en cualquier otro sitio con límite de aforo” y que, sin embargo, se le negara el derecho al padre de poder ver a su hijo antes de nacer.
Al final, decidieron acudir a una clínica privada para que su marido no se quedase todo el embarazo sin poder ver a su hijo. “En la privada sí que le dejan entrar, cuando el riesgo es el mismo”, señala la madrileña, reconociendo no entender por qué en un hospital público no dejan pasar al padre.
“Rabia e impotencia”
Espino, que se dedica al marketing digital, sí que ha podido acudir a una ecografía, pero, igual que tuvo que hacer el marido de la joven madrileña, solo pudo escuchar el corazón de su hija en una clínica privada. “Las clínicas que no dejaban entrar acompañante directamente las descartamos y fuimos a una a la que yo sí pude entrar”, explica.
Desde el hospital, les dicen que el padre no puede pasar “por reducir al máximo el número de personas que hay en la consulta, como si las parejas fuéramos meros espectadores”, se queja Espino. “Como el que acompaña a un amigo a una radiografía por echar el rato, porque no vaya solo. No, esto no tiene nada que ver, queremos entrar para ver a nuestra hija, para acompañar a nuestra pareja. No es un entretenimiento, es algo tan nuestro como de la persona que recibe la ecografía”, concluye Espino.
Una situación “incomodísima”
Por ejemplo, según consta en la guía del Servicio de Obstetricia del Hospital Universitario Puerta de Hierro en Majadahonda (Madrid), “en las visitas de seguimiento gestacional, siguen sin estar admitidos los acompañantes a las consultas ni ecografías, dado que no se pueden garantizar las distancias de seguridad recomendadas en las consultas”.
“No se trata de derecho, se trata de que hemos estado con miles de contagios diarios”
Pérez detalla que ellos cuentan con una media de 140 consultas al día de Obstetricia, “quiere decir que, por semana, entrarían ahí 700 personas, que al mes son casi 3.000. Y es que como se nos contamine el hospital, pues mala labor íbamos a estar haciendo, con lo cual nos vimos obligados a tomar una medida totalmente impopular y perfectamente entendible. Pero lo primero es lo primero”, justifica el doctor.
Según cuenta, son muchos los padres que le han preguntado si el riesgo no es el mismo, teniendo en cuenta que la pareja vive junta. “El problema no es entrar a discutir si yo vivo con ella o no vivo con ella. El problema es que tenemos que limitar la circulación de personas por el hospital de forma muy estricta, y la forma de hacerlo es prohibiendo la entrada a los que no son directamente pacientes”. Y reitera: “Si se contamina el hospital, nos quedamos sin poder atender a nadie”.
“Estaría de acuerdo si vinieran con una o una prueba de antígenos o una PCR negativa hecha antes de entrar”
“Cuando tenemos tantísima explosividad en un virus como este, pues no tenemos nada que hacer. Yo estaría de acuerdo si todos los maridos vinieran con una PCR negativa hecha momentos antes de entrar o con una prueba de antígenos”, concluye, reconociendo que la situación a la que se enfrentan diariamente “es incomodísima”.