El Departamento de Corrección planifica reanudar las visitas de familiares a las cárceles en verano
La secretaria designada del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Ana Escobar, afirmó ayer que, antes del verano, deben haber completado la ejecución de un plan de trabajo que permita la reanudación de las visitas a las cárceles, las cuales han estado prácticamente vedadas desde marzo del año pasado, cuando iniciaron las contingencias asociadas a la pandemia de COVID-19.
El plan de trabajo comenzará a elaborarse, en las próximas semanas, por orden del gobernador Pedro Pierluisi, quien incluyó el tema en el más reciente decreto asociado al coronavirus. El ejecutivo, según la orden, contempla que la reanudación de las visitas sería cuando el personal carcelario esté vacunado.
“Antes que llegue el verano, vamos a estar reanudando la visitas”, dijo Escobar. “Nosotros tenemos el interés genuino, y el gobernador también lo tiene, de que se reanuden lo antes posible y que los confinados puedan ver nuevamente a sus familiares. Sé que es una preocupación genuina y somos empáticos a eso. También, queremos que no haya contagios en el proceso”.
Hasta ahora, el DCR ha lidiado con dos grandes brotes de COVID-19 en el sistema carcelario, uno suscitado en la institución 501 de Bayamón y otro, en la 676 de Ponce. Escobar precisó que actualmente hay 187 presos con diagnósticos positivos de la enfermedad. La mayoría está manejando el virus en sus propias celdas. Cinco de los contagiados, sin embargo, se mantienen bajo supervisión médica a todo momento porque su condición de salud es delicada.
“En las instituciones donde hay cuarentena, no vamos a poder realizar visitas hasta que esa cuarentena finalice. Ahora mismo, hay 187 confinados positivos. Están en (las cárceles) Bayamón 501 y el Centro de Ingresos de Ponce 676. Esas dos instituciones no estarían recibiendo visitas mientras estén en cuarentena”, manifestó la designada.
La expectativa, sin embargo, es que, dentro de unas semanas, los casos activos de COVID-19 entre la población penal disminuyan en la medida que más presos superen la enfermedad y se progrese con los procesos de vacunación. Una vez se superen los brotes, estas cárceles podrían ser incluidas entre las que podrían recibir visitas.
Es decir, cuando se reabran las instituciones penales a visitantes. Desde que comenzó la pandemia, el DCR solo permitió visitas a las cárceles por una semana en diciembre.
Escobar indicó que todo el proceso será consultado con los epidemiólogos que asisten a la agencia y por la firma Physician Correctional, que provee los servicios médicos a los confinados. Manifestó, no obstante, que se inclinan a que inicialmente solo se permita la visita de familiares directos como los padres, madres, hermanos, hermanas, hijos, hijas y parejas de los presos.
Del mismo modo, se limitarían los grupos a un puñado de visitantes por reo y por un periodo relativamente corto. En tiempos normales, la agencia permite hasta seis visitantes por confinado por una hora, salvo en los campamentos y centros de tratamiento en los que el periodo puede ser mayor.
Actualmente, todas las personas que entran a las cárceles tienen que lavarse las manos, no tener fiebre, usar mascarillas y llenar un cuestionario sobre los síntomas, si alguno, que ha experimentado en los últimos días.
La funcionaria indicó que desde el verano pasado se estaban preparando para esta reapertura instalando cubículos de acrílico que limiten la interacción física entre los confinados y los visitantes.