La venganza del Pistolero dispara al Atlético
La gestión económica y deportiva en el Barça adquiere tintes aún más dramáticos al observar que Luis Suárez, al que invitaron a marcharse en agosto, disfruta del mejor inicio goleador de su carrera, lo que ya es mucho decir, y del mejor comienzo como ‘killer’ de un equipo desde Cristiano Ronaldo con el Real Madrid en 2010. Es el líder indiscutible del Atlético del Cholo Simeone, no solo el gran favorito para alcanzar el título liguero sino que incluso se hacen quinielas sobre cuándo podría conquistar de forma matemática su undécimo galardón en el torneo de la regularidad, segundo con el técnico argentino en el banquillo y el primero desde 2014.
«Cuando el delantero está en racha, hay que aprovechar esas oportunidades. Intento ayudar en lo que puedo y disfrutar el momento», dijo el Pistolero, humilde, tras su última exhibición en Cádiz, donde firmó su cuarto doblete de esta campaña para conducir a los colchoneros a su octava victoria consecutiva (2-4) desde que cayeron en el derbi ante el Real Madrid.
A sus 34 años, ya desgastado y con un palmarés extraordinario que podría acomodarle, sorprende que su rendimiento sea muy superior al esperado. Suma cinco goles en los últimos tres encuentros de Liga y se consolida como Pichichi con 14 tantos y dos asistencias en 16 partidos, ya que fue baja por coronavirus. Suárez marca de todas las facturas, hasta de golpe franco trabajado en los entrenamientos con su sonriente entrenador. No son dianas precisamente intrascendentes para cerrar goleadas frente a rivales ya rendidos. Ante equipos como el Celta, Elche, Getafe, Alavés, Eibar y Cádiz, el punta de Salto abrió el marcador o selló una victoria que se escapaba. En Ipurua, por ejemplo, provocó un penalti de Arbilla, y lo transformó a lo Panenka, cuando volaban dos puntos. El 35% de todos sus remates, 40 en total incluyendo también los que no van a portería, acaban en gol.
A tenor de estos primeros meses de competición, Suárez no pudo haber escogido mejor para consumar su venganza deportiva. Es feliz de rojiblanco y comulga con el catecismo del Cholo, que incluso cambió el sistema para poder abastecerle de más balones. Transmite su liderazgo y carácter ganador a sus compañeros, encantados con su nuevo compañero aunque ponga malas caras si no recibe el último pase o es sustituido por un entrenador que no se casa con nadie pero tiene a Suárez entre sus preferidos.
Desde la distancia
Atrás quedó su amada Barcelona, una trayectoria brillante en el que no solo alcanzó títulos y reconocimiento, sino que se llevó un amigo para toda la vida. Leo y Luis, vecinos, compañeros de mate y de vacaciones en familia, lo compartían todo pero este verano tuvieron que separar sus caminos. Desde la distancia, la relación no se ha resentido pero ahora luchan por la gloria en equipos rivales.
A día de hoy, Suárez supera en dos goles al segundo en el ránking, un Messi que comenzó algo tímido, pero que se ha enchufado y a empieza a moverse en sus cifras habituales. A pesar de la lesión y de la reciente sanción, cinco goles en sus cuatro últimos compromisos ligueros y 12 en total, los mismos que el sevillista Youssef En-Nesyri. El marroquí, sin embargo, ha participado en cuatro partidos más que el uruguayo y en dos más que el argentino. Según los datos de LaLiga, la media de Suárez es de 0,88 goles por partido, frente al 0,67 del rosarino y 0,60 de media por encuentro del ariete de Fez.
Liderado por el Pistolero, casi regalado por un rival directo que como máximo recibirá seis millones en variables en función de éxitos sobre todo colectivos, el Atlético marcha imparable. Por méritos propios y también ayudado por los constantes errores de Real Madrid y Barcelona, peleados por la segunda plaza a diez puntos del líder y con un partido más.
Después de haber jugado 19 encuentros, el equivalente a la primera vuelta, el Atlético iguala los mejores números de su historia, con 50 puntos y una proyección de 100 al final de curso. Cuando conquistó su último título en la campaña 13-14, llegó el ecuador con la misma puntuación pero el Barça del Tata Martino, líder y campeón de invierno por diferencia de goles. Al final, el Atlético fue campeón con 90, tres más que los azulgranas.
