La ONU recuerda que la pandemia no es el único reto actual en el mundo
En marzo de 2020 el mundo se detuvo, pero no las necesidades del mundo. Este año el covid-19 volverá a acaparar la atención de los jefes de estado y organismos internacionales, pero el presidente de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir, advirtió esta semana que hay demasiados retos como para limitarse a resolver la pandemia, en un mundo donde al menos la mitad de la población no tiene cobertura sanitaria. «Las Naciones Unidas están de vuelta», anunció con determinación.
No es que se hubieran retirado. El diplomático turco, que lleva cuatro meses en el cargo, dijo sentirse orgulloso de haber continuado las tareas más críticas «incluso en las circunstancias más difíciles», al haber logrado que se adopten 257 resoluciones y contar con la participación récord de jefes de Estado en la habitual cumbre de alto nivel que la Asamblea General celebró en septiembre, de forma virtual. Algo que ve como «un testamento del poder y la relevancia de Naciones Unidas». Sin embargo, recordó que como consecuencia de la pandemia «encaramos la mayor recesión global desde la Gran Depresión y el más amplio colapso de los ingresos desde 1870».
Esa crisis socioeconómica afecta sobre todo a los más vulnerables, esos por los que vela la ONU. Se trata de los 3.000 millones de personas que no tienen ni dónde lavarse las manos y los 3.700 millones que carecen de la conexión digital más básica. La pandemia ha interrumpido los esfuerzos para perdonar la deuda de los países en vías de desarrollo y el poco alivio que recibían del turismo y las exportaciones. No son víctimas abstractas. Casi 700 millones de personas en el mundo pasan hambre.
Además de coordinar la respuesta humanitaria y la distribución de vacunas, Bozkir mantendrá el foco en mujeres y niñas, que enfrentan un incremento de la violencia doméstica. Continuará con el apoyo a refugiados y desplazados, a las operaciones de paz de los cascos azules y, por supuesto, a la lucha contra el cambio climático. «Cuando lo ignoramos, devastamos los ecosistemas y amenazamos la biodiversidad, no solo arriesgamos la salud del planeta, sino la de la humanidad», advirtió. «Las enfermedades zoonóticas (de transmisión animal) como el covid-19 van en aumento. Si no encontramos un equilibrio con la naturaleza solo nos arriesgamos a más crisis».
En la agenda del año ha preparado una sesión especial de la Asamblea General para junio dedicada a enfrentar las amenazas que presenta la corrupción a la estabilidad y la seguridad de las sociedades. Habrá también un debate de medio mandato para revisar la situación de los descendientes de africanos en el mundo, un Día Mundial de la Diplomacia y el Multilateralismo en abril, y una semana de cumbre contra el terrorismo en junio, para la que agradeció especialmente la colaboración de España y Omán.
La Asamblea General mantendrá el foco en la respuesta humanitaria, distribución de vacunas y en la violencia doméstica
La cumbre de Alto Nivel de septiembre estará dedicada este año a prevenir el crimen para garantizar la seguridad urbana, en cooperación con la Oficina de la ONU para las Drogas y el Crimen. Cuando al filo de que acabe su mandato reciba a los líderes mundiales, de forma virtual o presencial, aún no se sabe, Bozkir les pedirá que implementen las reformas necesarias en la organización «para que la ONU pueda cumplir su propósito y lograr el futuro que queremos». Todo un reto con el que culminar un año histórico.